DISFRUTANDO DE LAS COSAS SENCILLAS

Como disfrutamos esos días de verano,
cuando volvemos a nuestros orígenes.
Donde muchos crecimos, por sus calles y donde,
año tras año, huíamos de la ciudad para encontrarnos
con la mejor versión de nosotros mismos. Nuestros pueblos.
 
 Se siente tan bien estar allí sin un objetivo en particular, solo
disfrutando de la fragancia de las cosas sencillas.
Donde se escucha el cantar de los grillos y cigarras,
dándonos una cálida bienvenida.
Y en esa  libertad infinita, miras a tu alrededor
hay belleza por todas partes.
A veces se necesitas fluir con la vida,
y llenarse de esa energía vital, que nos da la naturaleza.
 
 Porque es ahí, justo ahí, donde

 estará la mayor parte de tu paz.
Todo lo que percibimos es un reflejo exacto

 de nuestro mundo interior.
Y nace todo del amor del Creador.
 
Si nos damos la oportunidad de observar.
La oportunidad para escuchar.
La oportunidad para sentir.
Con un estado de atención plena.
 
Entonces somos consciente, de toda la belleza que nos rodea.
De la inmensidad de la noche, y de ese cielo estrellado.
Con la Luna como testigo.
 
Y nos hacemos uno con el cielo y la Tierra.
Y con el latido de la vida misma.
 
Y con todos estos ingredientes.
Si abrimos nuestra conciencia, y si lo permitimos.
Sentimos el amor del Creador.
Y dejamos que ese amor nos abrace en el silencio.
 
Sintiendo una inmensa Gratitud y Amor, por todo lo creado.
La magia está en todos lados, sólo debes aprender a observarla.
Date la oportunidad para experimentarlo.
Con atención plena.
Aquí y ahora.
Disfrutando del momento.

Un abrazo de luz.