¿Cuándo alguien que
amamos desencarna, podemos continuar comunicándonos con él?
¿Pensar en la persona que se fueron hace que nos escuche y acompañe? ¿O esa alma continúa y sigue su propia
evolución?
¿Si la partida de ese ser nos
causa mucha tristeza, o cada vez que lo recordamos se nos inunda el corazón de
angustia, estamos haciendo que esa alma no pueda seguir con su evolución, o la estamos
estancado?
Nosotros estamos en el Mundo de la Formas… Significa que la imagen
visual del ser que amamos en vida y todo lo que ella representa para nosotros,
queda grabado en la memoria de nuestra alma, de esta manera, cuando la
recordamos, la podemos ubicar en nuestros pensamientos, esta imagen no se
diluye en recuerdos vagos, perdurará mientras que nosotros la recordemos y
podamos retenerla en nuestra memoria. Somos almas encarnadas en cuerpos
materiales, nos ubicamos en esta realidad a través de los cinco sentidos
básicos, los cuales hacen el papel de sensores, que nos permiten interactuar en
la densidad, evitando que nos perdamos o divaguemos. Estos sentidos nos ayudan
a tener una continuidad y correlación de vida.
Cuando las almas desencarnan de sus cuerpos materiales, ya no son guiadas por
los cinco sentidos básicos, puesto que ya no se mueven en la densidad-material,
sino que poseen la libertad del pensamiento y pueden interactuar de otra
manera. El pensamiento las llevará de un lugar a otro, siempre y cuando estén
dentro de los grados donde ellas pertenecen. Es aquí, en la realidad
Antimateria, donde el alma activa los otros siete sentidos que no utiliza
cuando está encarnada en la materia. Por esta explicación podemos llegar a
entender que: Pensamiento atraerá Pensamiento… Quiere decir que si nosotros
sufrimos por un alma desencarnada y emitimos este tipo de pensamiento, ella
sentirá lo mismo que nosotros, porque lo que nos une con ella es el Sentimiento
del Pensamiento. Si por el contrario le deseamos lo mejor de lo mejor y lo
hacemos con todo nuestro amor, esa alma percibirá nítidamente la intención
altruista de nuestros pensamientos y se sentirá libre y feliz.
Si la estamos llamando constantemente y le pedimos mil cosas, no la estamos
dejando en paz, no le permitimos que el o ella pueda trascender, porque la
estamos jalando hacia la Tierra y hacia nuestras emociones de dolor. Es como llamar a una persona por
teléfono diez veces por día y quejarnos con ella una y otra vez. Es necesario
que comprendamos, que el Amor no es atar, el verdadero Amor es dejar, para que
los seres que amamos sean felices a su modo y manera. Cortemos el cordón
umbilical y permitamos a nuestros seres queridos que han emprendido un viaje,
la armonía y paz, para que ellos estén en condiciones energéticas elevadas y
puedan prepararse profundamente a realizar otras encarnaciones de vida. El amor
verdadero lo da todo por la otra alma sin pedir nada a cambio y el saber que
ella está bien, nosotros también estaremos bien…
Es normal pasar el duelo, porque es humano, pero una vez pasado, debemos dejarlos ir con amor para no anclarlos aquí. Ellos se comunican con nosotros cuando lo creen necesario, no cuando nosotros queremos.
ResponderEliminarBesos Uni, buena semana.
Muy interesante, ahora entiendo ciertas cosas.
ResponderEliminarBesos
Mi querida Cristina es verdad que cuando un ser querido se va la tristeza queda anclada en el alma, pero hemos de ser conscientes de que su tiempo ha terminado y con ella la misión que tenia en la vida. No hay que estar triste sino ser consciente que un día todos volveremos a estar juntos.
ResponderEliminarBesos
Cristina querida
ResponderEliminarDe alguna manera me sigo comunicando con mi padre y con mi hermana; antes de que ella partiera vi en sueños a mi padre cerca de su lecho, hablé con él, yo no sabía que mi linda hermana partiría tan pronto. Esos son asuntos que no comento.
Ciertamente si los amamos tenemos que dejarlos ir. Muchas gracias por estar ahí.
Un fuerte abrazo lleno de luz y esperanza
Cristina, tu post es claridad para todos...El alma debe entender que ese ser querido lleva su camino de luz, que no debemos interrumpir con nuestro apego y tristeza...No obstante, pienso, que ellos a veces nos envían mensajes de aliento...Tierra y cielo están unidos en sincronía por toda la eternidad.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo grande, Cristina.
M.Jesús
Hola Cristina,el Amor es libertad sea dentro de la materia como afuera de la materia y cuando sabemos eso también sabemos que cuando alguien marcha,hay que dejarle ir con el mismo Amor que lo acogimos cuando entró en nuestra vida.Buena entrada!.
ResponderEliminarMuchos besos:) y muchas gracias!
Me costó aprenderlo y a veces tenía mis dudas. Me encantó tu entrada y me trajo paz.
ResponderEliminarGracias. Besos
Yo creo que no se van, se quedan para protegernos.
ResponderEliminarYo les hablo, pero no les pido...
Interesante lo escrito.
Besos
Yo creo que la energía de quien nos amo y se fue esta junto a nosotros protegiéndonos. Muy buena entrada te mando un abrazo
ResponderEliminarHola, Cristina.
ResponderEliminarComparto tu texto de hoy. Acertado el hecho de que quienes se van tienen y necesitan su propio espacio vital.
Hay, como señalas, toda un abanico de creencias en cuanto a la persona, su alma, que se ausenta de este mundo. Personalmente y a día de hoy, no siempre fue así, considero que hay que despedirse, saber dejar marchar, a quienes prosiguen su camino en otras dimensiones del ser. Tan o más reales que la vida que llevaron aquí.
De hecho suelo pensar que la escala de valores que los guió, nos guía, se diluye en ese nuevo espacio. Y que los sentimientos que vivieron con nosotros, hoy no serían entendidos igual.
Dicho de otro modo, amiga mía, es tal el mundo donde hoy “viven”, tal la realidad, que si pudiesen abrir la puerta y volver, no lo harían!
Salvando claro está el devenir natural que supone la reencarnación... Para quienes tengan que volver. Que no son todos.
Un abrazo.
Es verdad que cuando alguien nos falta, lo pasamos mal y nos inunda la trsiteza, pero yo de las que piensa, que al otro lado de este mundo material, nos veremos todos en el inmaterial!
ResponderEliminarUn abrazo!
Dejarlos ir con alegría y serenidad.
ResponderEliminarLLegará día en que nos reconoceremos como almas aunque tengamos cuerpo distinto..
Un abrazo.
Gracias.
Se quedan en nuestro corazón. También creo que nos siguen cuidando.
ResponderEliminarGran texto .
Un beso
Es difícil, pero hay que dejar descansar sus almas en paz y recordar con alegría.
ResponderEliminarVerdad es Cristina que paralizamos su trabajo en el otro mundo reclamándolas con nuestras angustias, porque la penas nos hace llamarlas muchas veces al día…
ResponderEliminarY no es fácil dejarlas marchar, nos puede el sentimiento de su perdida, saber a ciencia cierta que están mejor es casi imposible, no estamos preparados para eso, algún día entenderemos el proceso, de momento recordar los mejores tiempos, y dejar que se marchen con la luz. Un beso amiga, me ha gustado mucho tu entrada.
Aunque no podamos evitar el dolor de una pérdida con el paso del tiempo tenemos que aprender a vivir desapegados de ellos y del dolor; es por eso que una formación espiritual nos ayuda a confortarnos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Júlia
Qué interesante tus palabras Cristina! Cuando partieron mis padres, me quedó mucha paz interior, como si ellos me protegieran desde lejos... Y creo que eso es importante. Me ha gustado mucho leerte. Besos.
ResponderEliminarMe hace mucho daño pensar en los que ya no están. Suena a tontería, pero eso lo llevo muy mal. No quiere decir que no los quiera ni que no me acuerde de ellos, pero en cuánto los tengo en mi pensamiento solo tengo ganas de llorar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dices bien, amar es dejar fluir....
ResponderEliminarpaz y fluidez
Isaac