Los días de lluvia invitan al recogimiento, y a sentir la nostalgia que un lluvioso y húmedo día va dejando
a su paso. Con la vista perdida en el horizonte, dejando volar el pensamiento
al, olor a tierra húmeda y leños encendidos en la chimenea. Te acercas a la
ventana y ves como las gotas de lluvia escurren por los cristales,
observas y acuden a tu mente recuerdos, pensamientos, y vivencias de otros
tiempos.
En los largos inviernos de aquel
tiempo, caía con pausa la nieve en los tejados. Cuando los “candiles” eran lo
único que iluminaban las casas con su tenue luz, los días oscuros daban
paso al crudo y frío del invierno.
La lluvia, la niebla y la humedad en los ojos provocan una gran nostalgia. Para los que dependían del campo, se veía la desolación en sus caras por no poder salir a sus faenas porque la lluvia se lo impedía.
Y no poder traer el sustento a sus casas, que era de lo único que vivían. Y así se pasaban los días mirando a través de los cristales a que amaneciera un nuevo día.
La lluvia, la niebla y la humedad en los ojos provocan una gran nostalgia. Para los que dependían del campo, se veía la desolación en sus caras por no poder salir a sus faenas porque la lluvia se lo impedía.
Y no poder traer el sustento a sus casas, que era de lo único que vivían. Y así se pasaban los días mirando a través de los cristales a que amaneciera un nuevo día.
Cristina.
Así ha sido y así es, aún hoy el tiempo de invierno les impide muchos días hacer su trabajo, los candiles del paso son sólo un recuerdo de aquellos instantes vividos y pasados, muy bonitas todas las imágenes, pero la del candil, me trae recuerdos de antaño, gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar
As lembranças e saudades sempre vão estar presentes,pois tem coisas e situações que marcam nossas vidas.
ResponderEliminarbjokas =)
La lluvia y su nostalgia poética, saludos.
ResponderEliminarEsos días son por si mismo un momento de nostalgia, de interiorizarse y de sentarse junto al fuego junto a los tuyos y reencontrarte con el calor del hogar y familiar.
ResponderEliminarbesos
hola buenas noches...una entrada con unos bonitos versos ...y la lluvia que a mi no me gusta salir con la humedad y si hace aire menos ...besos
ResponderEliminarLa lluvia nos trae nostalgias de momentos muy agradables pasados y los desagradables se van en los riachuelos que se forman, para encontrarnos renovados cuando vuelve a salir el sol..
ResponderEliminarUn abrazo gigantesco.
A mi la lluvia me relaja, aunque comprendo que para las labores del campo es un fastidio enorme.
ResponderEliminarBesos Uni.
La lluvia si trae nostalgia y melancolía y aveces necesitamos eso para seguir y volver a empezar. Te mando un beso
ResponderEliminarCriistina esa imagen que has puesto de la niña en la ventana me ha recordado mi infancia...Me gustaba ver llover por la ventana y esperaba a mi padre cuando salía al campo...Era agradable sentir el calor del hogar y la música, que interpretaban las gotas subiendo o bajando el volumen...Mi gratitud y mi abrazo inmenso por dejarnos tu sentir y tu nostalgia.
ResponderEliminarM.Jesús
¡Pero qué bonita entrada has escrito!
ResponderEliminarCuando la lluvia es suave, me recuerda a mi tierra, a ese orballo que cae dulce, moja mi piel y me hace sentir viva, feliz y contenta.
Pero cuando la lluvia cae con fuerza, la contemplo tras los cristales y me dejo llevar... me traslada a otros tiempos y la nostalgia viene con ella.
Te dejo cariños en un fuerte abrazo.
Kasioles
Hoy nos quejamos de todo pero, ¡ qué dura era la vida en otros tiempos! cuando unos simples días de lluvia impedían ganarse el pan de cada día. Bonita entrada y la imagen de la ventana es encantadora.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bonito lo que escribiste de la lluvia, pero a pesar de todo siempre es necesaria para el campo y para la gente en general. A mi me encanta la lluvia y esos dias grises que conllevan a la melancolia.
ResponderEliminarBesotesssssssssssssssssss
La lluvia siempre acaricia cunado es fina... limpia y te hace reflexionar.
ResponderEliminarLa lluvia provoca catársis cuando es fuerte, sus truenos provocan fuertes sacudidas de renovación.
Un abrazo.
Preciosa entrada Cristina, no se por qué, pero la lluvia siempre nos produce nostalgia, añoranza y muchos recuerdos tristes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantan los días de lluevia, Cristina, aunque ya no llueve como antes, donde yo vivo hay mucha sequía, y añoro la lluvia de cuando era niña... Ahora le cuesta llover al cielo o no lo dejamos que llueva... Gracias por esta entrada tan hermosa. Un beso.
ResponderEliminarPreciosa prosa y entrañable tema...¡Me ha encantado querida Cristina.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Me gustan estas imágenes. Gracias.
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