"La tragedia de la vida no
es la muerte. Sino lo que dejamos de morir dentro de nosotros, mientras
vivimos." A veces creemos que merecemos un cuerpo mejor cuando lo cierto
es que no siempre, nos hacemos merecedores del cuerpo que nos contiene, y quizá
sea el momento de poner nuestra mirada sobre él, y mostrarle la gratitud que se
merece.
Querido cuerpo…
Gracias por contenerme desde el
momento en que decidí venir a esta gran aventura, porque sin ti nada de esto
hubiera sido posible. No recuerdo si te elegí, eso dicen, pero lo cierto es que
no importa demasiado, porque, desde el minuto uno, fuiste el continente
perfecto, sin rendirte al acto traumático de abandonar el que entonces era tu
medio natural, luchando desde el primer momento por la vida, para permitirme
ser, estar, para gritarle a la vida…¡estamos listas! Gracias por hacer tu parte
de forma silenciosa, por encargarte de mantenerlo todo a punto, sin darte
importancia, como si nada. Gracias por hacerme respirar aun en los momentos en
que no había ganas, por realizar ese proceso alquímico de convertir lo que
respiro, lo que como, lo que bebo en combustible para vivir.
Gracias por tus avisos, por tu
dolor cuando te muestras en forma de síntoma físico, por tu palpitar
deprisa cuando me encontraba de frente con el amor. No siempre tuvimos una
relación fácil, la ingratitud de la juventud supongo. Y es que esos ojos que
funcionaban tan bien, gracias también por ello, te miraban sin verte. Perdona a
mi joven ego por pensar que nunca eras demasiado perfecto, que podría ser más
bella, y más delgada. Perdona por sentir que no eras merecedor de las caricias,
perdona por culparte de no recibir un amor cunado ni yo misma me amaba.
Y mientras tanto, tú seguías sin fallarme, funcionando a
pleno rendimiento, estirándote para dar cabida a la mujer que se estaba
formando, preparándote por si, en mi libre albedrío, decidía prestarte para
albergar otro cuerpo que un día contuviera otro ser. Y a veces también te
odiaba por ello, cada 28 días supongo, pero tú seguías sin rendirte, seguías
siendo igual de eficaz, seguías conteniéndome y permitiéndome vivir…gracias de
nuevo. Y con el tiempo descubrí que el problema no eras tú sino yo, que era yo
la que no estaba cumpliendo con mi misión, que tú eras perfecto y que era en
otro lugar donde debía buscar el motivo de mi insatisfacción.
Un abrazo de amor y luz.
Un abrazo de amor y luz.
El rostro dicen que es reflejo del alma.
ResponderEliminarBesos.
Está bien mirar al interior del corazón.
Cristina, todo un homenaje de respeto y gratitud a ese cuerpo que la vida nos ha dado y muchas veces no sabemos cuidarlo, ni valorarlo...Nuestro cuerpo es templo del Espíritu y como tal debemos tratarlo...Gracias por este bello y profundo post, que a todos nos hace reflexionar, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño por tu buen hacer y tu cercanía.
MARAVILLOSO RELATO A LA REALIDAD DE LA VIDA ...A VECES NI POR GUARDAR EL PUDER SABEMOS LO HERMOSA QUE ES Y PLACENTERA QUE PUEDE SER.
ResponderEliminarGRACIAS POR TU VISITA Y TUS CARIÑOSAS LETRAS AL AMOR ESCRITO POR MI PENSAMIENTO
BESOS
Un exelente homenaje a lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo. Esta vivo. Cuidemos de el antes que sea tarde.
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo
En el cuerpo todo está relacionado y todo es consecuencia y efecto de ese todo.
ResponderEliminarQué gran lección, Cristina.
ResponderEliminarDeberíamos valorar en lo que vale.
Besos 🌹 🌸
Muy cierto gra reflexión te mando un beso
ResponderEliminarMe uno a ti, en este homenaje tan bello que le has dedicado al cuerpo. No le hacemos caso ni nos fijamos en él, hasta que no empieza a gritar. Un abrazo de luz para ti Cristina.
ResponderEliminarNuestro maravilloso cuerpo y lo mal que lo tratamos muchas veces, bella tu reflexión Cristina y mil gracias por compartir :*
ResponderEliminarMe encanta leerte mi querida Cristina, tus reflexiones son maravillosas. Muchas gracias y un enorme abrazo.
ResponderEliminarSiempre es un placer visitar tu blog, por lo que dices y como lo dices, siempre me das motivos para reflexionar y meditar sobre la vida y como vivirla. Gracias
ResponderEliminarUn beso
Gracias por ese hermoso homenaje que haces al vehículo del alma, que es nuestro cuerpo.
ResponderEliminarUn abrazo de Luz
Júlia
PD. Siempre me cuesta poder comentar en tu blog, se repite el mensaje de "Publicar" cuando ya he cumplido todos los pasos y no sé la causa.
hola cristina cielo ya llego despues de dias muy liada cuando yo no aparezco es que no he podido estar solo unos minutos para escribir y publicar y ahora te comento tu entrada estamos en un cuerpo que hicieron dueño de el para un alma vagabunda que iba dando tumbos por las calles de la luna, nuestro cuerpo es su vestimienta y tenemos que responernos siempre para que ella nos calpe y no se vaya de nuestro lado mientras vivamos en esta vida terrenal si cariñito cuantas veces no miramos para el interior de nosotros mismos para engrandecer al alma que sus alas se quedaron quietas cuando de ella nos apropiamos asi entiendo hoy tus palabras inmersa en tu alma sabes que ella te agrandece como persona y tambien como superviviente besitossssssss de con cariñooooooooooo
ResponderEliminarSorprendes Cristina y además lo haces para bien. Cuerpos y vidas emergentes en ellos. ¿Valoramos lo suficiente nuestros sentidos? La vista es algo maravilloso, algo único e inigualable, el tacto, la sexualidad, el apetito, el escuchar, en definitiva la alegría de vivir. Y por supuesto la maravillosa maternidad, un privilegio único, bello y la razón de la humanidad.
ResponderEliminarY es que sin las madres nada sería lo mismo. Un gran abrazo Cristina.
Algo dejó de funcionar. Los días eran los mismos y sus emociones latían con su corazón. El sentido de la vida se le mostraba multicolor respirando a vida a cada paso, a cada mirada, a cada pensar...¿cómo podría dejar de vivir en un futuro próximo si era feliz en toda la extensión de la palabra?. Si sólo eran unas ausencias mínimas y un dolor estúpido que dejaba de joder en un suspiro.
ResponderEliminarSe levantaba muy temprano y tenía todo el día por delante para hacer y deshacer como cambia una paloma en el vuelo. Los días se perfumaban de tierra mojada cuando llovía o el azul del cielo cubría sus pupilas tan intensas como su color favorito. Tenía dinero, tenía auto y hasta una moto, tenía la voluntad de seguir viviendo a pesar de aquella enfermedad que le recordaba un final para ese alguien que, se amaba y amaba cosas simples que quizá se perderían poco a poco...
A veces se asomaba al balcón de su espejo. Recorría su cuerpo desnudo con las costillas ya deformes pero la mirada intensa. Se guiñaba un ojo y paseaba por los parques, tomaba café en cafetería Aromas, iba al Corte Ingles y se compraba cualquier cosa con la ilusión de un niño...Cogía su moto y se iba a pasear a la sierra para ver la puesta de sol y allí, en silencio, respiraba aire sano y sentimientos que lo afianzaban a esta vida con la pena de estar solo, el hombre más solo del mundo...
Una mañana despertó y no sabía donde estaba y una pierna estaba dormida. Media hora después ya se ubicó y podía caminar. Sus pasos por la ciudad estaban llenos de preguntas sin respuesta y hasta tuvo miedo. Visitó a su médico y lloró a lágrima viva por su desdicha y el médico lo calmó, lo tranquilizó y le recetó más pastillas.
La Navidad se aproximaba con la sensibilidad a flor de piel. Llamó a los amigos y a los compeñeros de trabajo. a sus padres que no sabían que le pasaba y a sus dos hermanos. Todo el mundo se le volcaba en su valía personal y sólo el sabía que se estaba muriendo...
Aquella parálisis y aquellas ausencias se hacían más notorias. Aquella era una ciudad muy hermosa. Todavía caminaba con bastón, compraba fruta a la chica mas bonita de Cordoba y le dió por entrar en la Iglesia de San Nicolás. Allí hablaba con Dios de rodillas y con el rostro cubierto para que nadie lo viera llorar. Sobre las 1 tomaba unas copas de vino que es bueno para el alma cuando se busca consuelo....y dormía largas horas de siesta con la televisión encendida en el programa de Juán y Medio...
Pasó más el tiempo hasta comenzar a decir disparates. Cuando se daba cuenta se odiaba y se maldecía hasta caer rendido. Ya tenía un residencia para que lo cuidaran y se puso en manos de gente especializada que dicen cuidar enfermos...
Cerró su casa, cortó el gas, cortó la luz y el agua...Con una maleta fué a pedirun taxi y le pedía a Dios que se lo llevara cuanto antes mejor.
Sin mirar cruzó un paso de cebras y un claxon enbrutecedor lo atropelló en el centro de Córdoba. Antes de morir en los brazos de un policía nacional, miró al cielo y dió las gracias a Diós por haberle ofrecido la vida que le dió en el cuerpo que habitó...
Una entrada preciosa. El cuerpo humano es la máquina más perfecta que existe, "Templo del Espíritu Santo". Cuidarlo y dar las gracias por sus perfectas funciones, es obligado para su salud y para alimento del alma.
ResponderEliminarNamasté, Cristina.
Querido cuerpo...
ResponderEliminarTú seguías sin fallarme.
Querida Cristina..
Tú seguías con tus sabias enseñanzas.
¡Gracias!
La màgia de nuestro cuetpo siempre deja huella...
ResponderEliminarUn Abrazo.
Hermoso, bello Cristina ...como no atender nuestro cuerpo que fue hecho a semejanza de Dios y es verdadero templo del Espíritu Santo ....
ResponderEliminarFuerte abrazo
Gracias por compartir belleza de sentimientos
De antemano mano gracias por este artículo.
ResponderEliminarAlgo muy simple pero maravilloso, nunca se me hubiese ocurrido, agradecer a mi cuerpo. Gracias por tus consejos que me llevo de corazon para emplearlo en mi diario vivir.
Es una alegría leerte amiga.
Un abrazo
Gracias amado cuerpo físico, gracias bella túnica de piel
ResponderEliminarY gracias a ti, de verdad, por recordárnoslo...
Luz&Amor
Isaac
Entiendo que nuestro cuerpo
ResponderEliminares el templo donde eligió habitar nuestra ALma
eso es maravilloso
y en ella esta encapsulado, hasta que como la crisálida vuelva a su lugar de origen
Pero mientras está aquí hemos de valorar y cuidar...aunque sabemos tiene su tiempo de caducidad , es innegable
pero mientras estemos llamémosles como es
y prodiguemos esos cuidados necesarios para seguir apreciando
la belleza de vivir la vida.
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Preciosa entrada Cristinaa veces en nuestro egoísmo no lo pensamos como tu lo explicas ¡cuanto de perfecto y hermoso hay en nuestro cuerpo!.
ResponderEliminarAbrazos.
Deseo que pases maravillosamente, un abrazo colmado de alegría_
ResponderEliminarSi bien, mi querida Cristina, no podemos escoger nuestro cuerpo porque tiene que ver muchísimo el ADN, sí tenemos la obligación de ayudarlo a no llenarse de grasa, a no intoxicarlo, a ser flexible armonioso y saludable llevando una vida física y mental sana.
Muy hermosa la reflexión, como todo lo que escribes, millones de gracias
Un fuerte abrazo lleno de colores, belleza, luz y pensamiento positivos
! Que bien lo has explicado!.
ResponderEliminarBesos
El cuerpo humano es perfecto, el problema es que la mayoría de las veces no le hacemos caso y eso no puede ser.
ResponderEliminarUn abrazoooo.
holaaaa cristina cielo aqui llego en la mañana temprano a que la paz me alcance que siempre lo consigo cuando te leo muchosssss besitossssssssss
ResponderEliminarMaravillosas letras con hodo sentir, una profunda y bella reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar