EJERCICIO DE RELAJACIÓN DE LUZ.

                                                                                  
Siéntate con la columna derecha, cierra los ojos y comienza a respirar lentamente por la nariz, enviando el aire a los pulmones. Tienes que sentir en tu abdomen el movimiento del aire. Comienza a relajar todo tu cuerpo, empezando por los pies. Muy lentamente hasta llegar a la cabeza.

Ahora concéntrate en un punto entre tus ojos, en el entrecejo. Visualiza una luz. Esta luz la vas a llevar primero al centro de tu cabeza, ilumina tu mente para que tus pensamientos sean siempre puros. Luego a tus oídos, para que puedas escuchar lo bueno, después a tus ojos para que puedas ver siempre lo bueno de la vida, de las personas. Después a tu boca, para que cada palabra que salga de ella sea sagrada y pura, que nunca una palabra tuya pueda dañar a alguien.

Luego lleva la luz a tu nariz y respira profundo y siente la luz que llega a tus pulmones. Llena toda tu cabeza con la luz, y luego baja a tu cuello y tus hombros y siente como se relajan. Luego la luz llega a tus brazos y manos, visualízalos llenos de luz y pide para que tus manos sólo sean para servir a los demás.

Lleva la luz a tus piernas y pies, visualízalos y pide que siempre te lleven a donde te necesitan. Trae la luz a tu abdomen y que la luz recorra todos los órganos que allí se encuentran, que sea una luz sanadora y purificadora. Por último lleva la luz al centro del pecho y llena de luz tu corazón, que al llenarse de luz, se llena más y más de amor. Y comienza a expandir este amor a tus seres queridos, visualízalos llenos de luz y mandales tu amor.

Puedes continuar visualizando tu casa y llenándola de luz, tu barrio, tu ciudad, tu país y luego todo el mundo como una gran bola de luz.