Una ventana entre el
cielo y la tierra,
con los ojos mirando
al cielo,
deseando descubrir horizontes
nuevos,
que estén llenos de
vida y esperanza.
Ante una realidad
llena de miseria,
desafían al tiempo se
embarcan a la deriva
cruzando mares, sin
medir las consecuencias.
Pasan hambre y mucho
frío,
para huir del presente, y labrar un futuro,
abriendo puertas, hacia un nuevo mundo,
llenos de ilusiones y proyectos,
dejando tras ellos, los
rastros del olvido.
Ya no miran para
atrás quieren ver un mundo
nuevo lleno de
felicidad.
Con los ojos llenos
de lagrimas y llenos de desesperación,
se dan cuenta que ser
libres ya no es posible, todo queda anulado
todas las ilusiones y
oportunidades que creían haber encontrado,
porque creían que
existía un mundo con más amor.
Pero aún hay
esperanzas aun es posible,
mirar al mundo sin
rencor; y vivir experiencias nuevas,
compartiendo momentos
porque la vida es bella.
Cristina.