PADRES E HIJOS...

Como padre que somos, nuestros hijos siempre serán el Amor más grande que tenemos en la vida, no existe amor más puro y dedicado, somos capaces de todo por ellos y siempre los estamos viendo como niños pequeño que no han crecido y que necesitan de todo el apoyo, para que ellos continúen sus vidas de la mejor manera que nosotros desearíamos.

¿Hasta donde los padres podemos ayudar a nuestros hijos?  ¿Hasta donde nuestros hijos pueden ayudar  a sus padres? – Hay algo que tenemos que analizar profundamente, tendremos que confrontarnos con verdades y tendremos que ser muy sinceros con nuestras respuestas. ¿Ellos necesitan más de nosotros o somos nosotros los que necesitamos de ellos?

Muchas veces la mente nos juega malas pasadas, sentimos que nuestros hijos nos necesitan y hacemos todo lo posible para que ellos dependan de nosotros pero en realidad lo que esta escondido es: Que ellos no necesitan de nosotros, somos nosotros los que nos hacemos lo indispensables, porque no queremos perder el amor o la compañía que representa en nuestra vida. “Sentirnos indispensables” es algo que a nosotros nos hace sentir, que útiles, necesario importantes, en pocas palabras nos hacen sentirnos “vivos y amados”.nuestros padres nos enseñaron un Amor  equivocado. Amor es dar, pero también debemos recibir, porque si solo damos y damos sin recibir nada, la fuente inagotable del amor se seca, se acaba y nos produce una sensación de vacío, y tristeza, angustia, llanto y soledad.

Nuestros hijos son y serán siempre para nosotros lo mejor que la vida nos ha dado, pero no significa que  para que ellos nos amen, tengamos que sacrificar la salud, física y mental por ellos. El amor no se compra con actos, y acciones, hacemos malabares para que nuestro hijos nos amen, los parientes nos acepten, los amigos nos acompañen, los conocidos nos saluden, y mil cosas más que nos dejan agotados. Llega la noche y es como si hubiéramos cargado en cima de la espalda un peso sobrehumano que no sabemos explicar de dónde viene. Debemos: dejar que nuestros hijos tomen sus propias decisiones aunque estén equivocados, ellos deberán aprender a llevar sus vida con nosotros, o sin nosotros.
Ser Uno.