CUANDO NOS MIRAMOS AL ESPEJO.

Es una emoción increíble que  sentimos profundamente. Al mirarnos al espejo vemos que no somos nosotros, y nos preguntamos ¿Quien soy? ¿Por qué estoy atrapado en este cuerpo? La sensación que experimentamos es muy fuerte. Muchas veces tocamos nuestra piel, y nos parece increíble que algo o alguien la pudieran crear. Miramos nuestros cuerpos y no nos podemos explicar que de un espermatozoide puede salir un Ser. ¿Cuantos de nosotros no lo hemos preguntado alguna vez? ¿Cuantos nos hemos preguntado la razón de nuestra existencia?.

La mayoría pasa por la vida mirando sin ver, sin preguntarse simplemente solo viven la vida. Y no recordamos ni quien somos ni que hacemos aquí, solo sabemos que desencarnamos, y volvemos a encarnar, que nos unimos con otros y estamos totalmente inmensos en la vida. Cumplimos nuestro trabajo para lo que fuimos creados. Estamos en constante movimiento, saliendo y entrando, pasando de una realidad a otra, así es, el flujo y reflujo universal, no permite al alma el estancamiento ni la putrefacción de sus elementos.

Por ese motivo nos miramos al espejo y no nos reconocemos, hemos tenido tantas formas deferentes, que de cierta manera hemos perdido el camino. Nuestro molde debe ser  cuidado y también lo que nosotros somos dentro de el, la energía de la luz que somos, porque cuando veamos y sintamos que somos luz, nos permitiremos entrar en nuestro interior y saber quien somos  realmente. Y demos gracias al universo por esta maravillosa oportunidad que tenemos de estar encarnados.

El Ser Uno.